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Hoy vivimos días más cortos

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Durante siglos, la tierra giraba sobre su eje a 7.8 HZ. Pero ahora la tierra está girando sobre su eje más rápidamente, a 12 HZ.

Lo anterior significa que las 24 horas diarias que vivimos cada día, ya no lo son, sino sólo nominalmente, pues realmente estamos viviendo de cada día, sólo 16 horas.

Por lo tanto así se explicaría por qué los días, semanas y meses pasan “volando” y porque vivimos corriendo todo el día.

Lo que antes hacíamos en 24 horas, ahora hacemos lo mismo en 16 horas, pues estamos experimentando el salto cuántico dimensional para pasar a la cuarta dimensión.

¿Cómo nos afecta el salto cuántico dimensional?

El mundo camina hacia un gran cambio. Este cambio es una fuerza energética, la cual conlleva a la Cuarta Dimensión.

Y la forma de que ocurra una desgracia, es pensar que pueda ocurrir, es el pensamiento colectivo lo que hace que las cosas (sean buenas o malas) sucedan, habrá un cambio planetario, y este es inminente.

La tierra y los planetas del sistema solar irán pasando de la tercera dimensión a la cuarta dimensión.

En la UTN de Múnich, Alemania, el Dr. Schumann descubrió un efecto de resonancia en el sistema Tierra-Aire-Ionosfera, que mostraba la particularidad de polarizarse e imponer posibles direcciones perpendiculares de vibraciones.

El descubrimiento del Dr. Schumann es hoy conocido con el término de “Resonancia Schumann”.

La Resonancia de Schumann (latidos de la tierra) se ha elevado hasta 12 Hz. Esto significa que un día de 24 horas, ahora equivale a 16 horas. Antes esperábamos que llegara Navidad. Ahora la Navidad, cumpleaños y otros acontecimientos importantes nos encuentran, sin siquiera esperarlos.

Cuando se produzca el cambio dimensional, se alteraran los campos magnéticos de la Tierra, debilitándose cada vez más. La estabilidad mental y la memoria radican en los campos magnéticos que es lo que sostiene nuestra memoria y nuestra cordura. A medida que se vayan debilitando los campos magnéticos de la Tierra, la vida se volverá cada vez más peligrosa.

Ya comenzó a ocurrir y con mayor frecuencia seguirán ocurriendo desastres como terremotos, tsunamis y otras calamidades telúricas; en el planeta todos los seres vivos se verán afectados pues se alteran sus patrones mentales y la forma de pensar.

Las personas se vuelven cada día más agresivas y temerosas, los pájaros que siguen los campos magnéticos con sus migraciones se encontraran confundidos y cada vez será más frecuente que los cetáceos encallen en cualquier parte.

La tierra detendría su rotación y estaríamos en el campo magnético del punto cero o 13 de la escala de Schumann, así en dos o tres días comenzaría a girar nuevamente en la dirección opuesta.

Esto produciría una reversión en los campos magnéticos de los Polos Norte y Sur, con el consiguiente desequilibro ecológico y el caos de la población mundial, el tema de la resonancia Schumann, hasta hace muy poco fue ocultado por los gobiernos de Estados Unidos y de Gran Bretaña.

¿Qué podemos hacer?

Debemos establecer una relación con los cuatro elementos que son: el agua, el fuego, la tierra y el aire, para crear una armonía con ellos y así pedirles su colaboración, no importa que no sepamos cómo hacerlo, lo que importa es que estemos dispuestos a hacerlo.

Veremos que una acción diferente la podemos efectuar en este mismo momento. Será nuestro accionar colectivo, lo que podría reversar el futuro, si se logra que una pequeña masa crítica de la población, realice una acción personal con estos elementos, se podría detener una catástrofe.

Un grupo de personas, actuando positivamente al unísono, pueden revertir una situación, ya que una sola persona que realice esta acción positiva, tendría el poder de salvar a 15.000 personas.

A medida que la energía de la cuarta dimensión vaya ingresando en nuestro planeta, la relación entre causa, efecto y manifestación ocurrirá más rápido (lo que se piense, tanto bueno como malo, se materializara con mayor velocidad).

Si mantenemos nuestra atención en una desgracia y no tomamos una acción positiva al respecto, irremediablemente la desgracia se agravara, si pensamos en catástrofe, la vamos a provocar.

Cuando pensamos negativo y nos dejamos llevar por la ira, el odio, el miedo, el rencor y la avaricia, estamos creando catástrofes de diferentes índoles, en otras palabras, nos estamos destruyendo día a día y a su vez, estamos destruyendo el planeta.

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